lunes, 25 de agosto de 2008

A History of Violence

La primera historia que relataré es una que ocurrió recientemente.

Estaba con mis amigos Adebayor y Chunga en mi casa, y partimos para la reu en la casa de Andrea K. Andrea es una chica que conozco poco, y sabía que iba a haber poca gente que conozco. Mi compañía, bajo toda circunstancia, sería Adebayor y Chunga.

Salimos a la calle y decidimos ir a buscar la combi pasando por el camino que cruza el parque Villavicencio. A la mitad de ese camino había un grupo de pirañas, de los cuales ninguno rebasaba los 14 años. Por un momento pensé en volver y tomar otro camino, pero luego me di cuenta de lo ridículo y cobarde que sería eso.

Cuando nos acercamos, uno de los 10 pirañitas se me acercó y empezó a bailar Gata Fiera mientras hacía un movimiento primitivo. No lo miré, y seguí conversando con Adebayor. Pero, mediante nos alejábamos de los pirañas, empezaron a gritarnos cosas a lo “¡Gokú!” o “¡Gringuitos!”. Hicimos caso omiso y seguimos caminando, hasta que a uno se le ocurrió gritar: ¡Cabros!

En ese momento, mi alma se dio media vuelta y gritó:

-¡Qué pasa, oe, conchatumadre!

Como todo buen mechero piraña no-gringuito Gokú cabro, fue más una afirmación, o una demanda, que una pregunta. Regresé hacia los pirañitas y, con la vara metálica que oportunamente apareció en mi mano, me lancé a golpear al mismo que me había cantado Gata Fiera segundos antes.

La visión de tres personas subiendo a un taxi forzaron que mi mente regrese a tres cuadras más adelante, y que vuelva a entrar en mi cuerpo, que estaba burbujeando de ira. Una de esas tres personas era mi profesor de inglés, Mr. Ruiz. Lo saludé, y me devolvió un “Hello” y una sonrisa.

Pensé, ensimismado, mientras que caminábamos hacia el grifo para comprar algo de comer, para poder soportar todo el alcohol que veía venir. Pensé en Mr. Ruiz, un auténtico gringuito, la persona más amable imaginable, que te decía “Thank you” cuando hacías cosas tan básicas como preguntar si podías ir al baño. Pensé en como habría reaccionado él si un grupo de pirañas le buscaban mecha cuando él estaba yendo a una reunión con sus amigos, bien vestido, bañado y con buenas intenciones. Regresé a la realidad, miré a mis dos amigos, que discutían sobre lo que deberíamos haber hecho, y les dije, “Es mejor que no hayamos reaccionado”.

Comimos, tomamos un taxi (porque ya no pasaban combis) y fuimos a la casa de Andrea. Estuvimos dando vueltas un rato buscando la casa, porque estaba bien camuflada. Quedaba en Pardo, un par de cuadras antes de Comandante Espinar, pero en una quinta cuya reja estaba cubierta de plantas y que no vimos hasta pasar por ahí una tercera vez.

Llegamos, y no había mucha gente conocida. Me encontré con una amiga, Prudence, y nos refugiamos en ella. [Prudence es una chica de la cual estuve dolorosamente templado por un tiempo (en ese entonces seguía mi templadez), pero que, al iniciar mi interés, estuvo ella interesada en alguien más, y, en este momento, estaba en ‘algo’ con otro]. Conversamos un rato, fuimos a la bodega, y luego llegaron mis amigos Andrés Mizrahi y Mariana.

Me senté en una esquina con ellos y empezamos a beber. Decidimos secar ron puro por las huevas: Por José, por él, por el corte de bajo en I Shot The Sheriff, por cualquier cosa. En medio de la diversión, desde lo lejos un pata, Walter, a quien conozco de vista, me miró y me preguntó si fumaba ganya. Le dije que no, y me dijo, “parece, porque tienes la cabeza quemada” (me había rapado hace poco).

Seguimos chupando, y luego Prudence me presentó a unas amigas suyas y empezamos a chupar con ellas también. La consecuencia fue que terminé en un estado deplorable, que fue empeorando mediante pasaba la noche.

Volvimos al grupo de Andrés, y se acercó Walter y me preguntó: “¿Estás asado, broer?” y le dije, “No, no.” Entonces se fue. Se acercó una amiga, Camila, y le quité su lata de chela, porque justo Adebayor me había pedido chela. Se la di a Adebayor, y me reí con Camila.

Se acercó Prudence a nuestro grupo, y le dije, “Ven un toque”. Me la llevé a una esquina, y, estando en un estado casi deplorable, le dije lo que sentía por ella. Me contestó con una frase que me marcó la vida: “Si me hubieras dicho antes, fácil pasaba algo”.

Seguimos chupando, y empecé a hacer burradas. Abrazé a Prudence y a una amiga, Romina, y les dije, “Si pudiera estar con las dos, sería la persona más feliz del mundo.”. Seguí chupando y hablando con quién sea que se me cruzaba. Jalé a Prudence afuera y le hablé de cosas que no me acuerdo.

Mi euforia fue interrumpida por unas ganas incontenibles de ir al baño. Entré al baño, entonces, y escuché un diálogo comprometedor afuera.

-No le pegues a José, pues, Walter.- dijo Camila.
-No le voy a pegar, pero que me pague mi chela.

Me quedé paralizado. De la nada, todos los efectos del alcohol (menos el mareo) se me quitaron. La chela que me había dado Camila era de Walter.

Conchasumadre.

Salí del baño, y Walter me encaró. “Págame”, dijo. Le dije que no, sin mirarlo, y me fui a un sillón a conversar con Prudence.

Entonces se me acercó un pata más, llamado Manfredini, y me dijo, “Oe, broder, tu sabes, este weon de Walter, bien saltón es, págale nomás y evita el problema”. Estando en un estado tan pobre como el mío, me acerqué a Walter y le di cuatro lucas, china más de lo que cuesta la lata de cerveza, en un acto totalmente cobarde.

Molesto y humillado, decidí irme. Le dije a Adebayor y a Chunga, y nos fuimos casi sin despedirnos. Caminamos hasta el Parque Kennedy, y en un momento de borrachera total, compré cuatro hamburguesas con queso en el McDonalds. Comimos y nos sentamos en una banca del parque. Traté de fijar la mirada en un edificio, pero no podía enfocar bien la mirada y todo se movía.

Miré a Adebayor y Chunga, y, con el alma (y el bolsillo) más vacía que nunca, pensé, sin decir nada, sin llegar a una respuesta, en lo que habría hecho Mr. Ruiz en una situación así.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Talvez Mr. Ruiz no hubiera tomado tanto.

Omar Pinedo dijo...

chunga, adebayor y jose son un tridente de ROSQUETES jajajaja.
La prox, si van a Magdonio, traiganme una ratiburgercita tb pes!!

roze dijo...

siempre me gusta todo lo q escribes.